Hoy he leido una interesante entrada de Juan Urrutia reflexionando sobre un futuro cercano “digital y global” regido por grandes corporaciones. Un capitalismo futuro que no favorece la competencia y la innovación sino la estabilidad, dado que la propiedad de estas empresas se concentra en manos de unos pocos grandes gestores de patrimonio. Pocos gestores que comparten la propiedad de muchas corporaciones.
Esa estabilidad ya no se verá amenazada por la destrucción creativa schumpeteriana, puesto que si esta asoma la cabeza en forma de empresa disruptiva, es acallada “mediante compra o absorción para mejorar el abanico de bienes o servicios que ofrecen” las corporaciones que conforman este “oligopolio global”.
Un socialismo “imprevisto” donde como dice el artículo de The Economist al que hace referencia Juan: “La revolución está aquí, pero no son los trabajadores los que toman el control de los medios de producción sino los gestores de patrimonio”.
Esta entrada de Juan me ha recordado esta otra del año pasado de José Alcántara titulada “No es pais para indies”. En ella criticaba como irreal e ingenua esa visión de un futuro donde “emprender es fácil, en el futuro no habrá trabajo asalariado, y toda la generación millenial (lo que quieran los dioses que eso signifique) va a montar su propia empresa (y comerse el mundo además, claro) desde un puesto de trabajo nómada y compartido en un espacio de co-working (…)”
¿Habrá espacio para producir fuera de este “stealth socialism”?